Las Siete Leyes de Noahide son mandamientos básicos que contienen los valores fundamentales que aseguran una vida sana y moral. La humanidad es una sociedad multifacética compuesta por muchas culturas diferentes, pero unida en la creencia en un Ser Supremo y estas siete leyes como el secreto de la existencia humana.
Toda persona debe creer en la existencia del único Creador del universo.
Cada persona tiene que dar respeto al Creador del universo, quien le otorgó la vida y un mundo en el cual vivir.
A quien mata un alma se le considera como si hubiera asesinado a un mundo entero y dañado al Creador a cuya imagen fue creado.
Di-s ha otorgado a cada persona la propiedad sobre su dinero y sus posesiones, y nadie puede quitárselos.
Di-s originalmente creó al hombre y la mujer como una unidad, y luego los dividió en dos entidades separadas, que se necesitan mutuamente para alcanzar la plenitud.
Di-s creó criaturas vivientes en el mundo, y debemos respetar su existencia. A diferencia de la flora, que se renueva continuamente, el daño a los animales es irreversible.
Deben establecerse tribunales de justicia en cada ciudad (o zona), con jueces que decidirán sobre estos mandamientos y tendrán autoridad para castigar a quienes los transgredan.
Todo el mundo tiene la posibilidad de contactar; El Rebe aconseja a su manera. En cualquier momento cualquiera puede escribir una carta al Rebe y pedirle un consejo o una bendición.
La inspiración del Lubavitch Rebe nos anima a difundir las Siete Leyes de Noahide por todo el mundo. Su objetivo: agregar valores de justicia, honestidad y paz al mundo. En los escritos de nuestro Sabio, el Rambam, “Moisés, nuestro Maestro, recibió el mandato de Di-s de alentar la observancia de estas leyes básicas por parte de toda la humanidad para que puedan llegar a guardar los mandamientos que Noé fue instruido a observar”.